YURIRIA

 Ante la crisis que se vive en el campo, bajos costos en los granos, contra los altos costos de producción, Don Joaquín Pérez papá, Joaquín Pérez hijo y Alejandro Pérez nieto, desde hace cuatro años se aventuraron a plantar pitahaya; la fruta del dragón, en una hectárea de terreno, lo que hoy les ha traído grandes satisfacciones.

 En la Huerta La Escondida, ubicada en la comunidad de Ocurio, hoy llegan varios productores, de diferentes partes del Estado, para conocer cómo es que se planta, cómo son los cuidados, en que es lo que se debe poner atención, para lograr que se de este fruto en sus lugares de origen.

 Joaquín hijo, explica que, ellos sin pensar, ni mucho menos mencionar, que no se iba a dar, que no iba a resultar, iniciaron con la plantación, entre los meses de marzo y mayo del 2019 y seis meses después, ya en el 2020, vieron que ya se tenía el fruto y le empezaron agarrar más cariño, más amor.

 “Conseguimos el esqueje, lo que es la planta enraizada, para iniciar la huerta. Después de sembrar, tres, cuatro meses, empezaron a salir los capullos, después otros 22 días, inició la floración.

 Esto es verdaderamente hermoso. Los capullos abren en una sola ocasión, durante unas quince horas; entre las 8 y 9 de la noche y cierra a las 11, 12 de la mañana del día siguiente. Durante ese tiempo, se da el proceso, más que suficiente, de polinización, con apoyo de abejas.

 Cuando cierra, se transforma en tuna, un botón que empieza a crecer durante uno o dos meses, que es cuando ya puedes ver el fruto ya con un color rojo, ¡listo para cosechar!, explicó.

 Joaquín, comentó que, la cosecha de este producto inicia en el mes de abril, se empieza a comercializar los primeros días de mayo y, a partir de ahí, dependiendo el volumen que se tenga, cada 15 o 22 días, hay cosecha, hay corte de fruta; junio, julio, agosto y parte de septiembre.

 Recordó que, al principio, para comercializar el fruto, les fue difícil, porque la gente no lo conocía, ni a ellos, pero al tocar puertas en las centrales de abasto de Celaya, Morelia, Irapuato, León, Querétaro, lograron una buena cartera de clientes.

 Dijo que, por el momento no exportan la fruta, pero están en proceso de certificación de la huerta, para poder un día exportar, pero es tanta la demanda aquí en México, que no les da por salirse al extranjero. “Gracias a Dios, no nos alcanza en estos momentos la producción, para surtir a los clientes que tenemos”.

 Destacar que, los frutos, la pitahaya, llega a pesar más de un kilo y medio, sin embargo, lo comercial, es vender fruta de 400 a 700 gramos, aunque más de 700 gramos, no es porque la gente le haga el feo, si no la preferencia, es fruta mediana, “Pero a nosotros nos sale fruta grande, arriba de un kilo y medio”.

 Y, lo principal que, la Pitahaya, es un fruto fuente de antioxidantes naturales, que contiene vitamina C, que entre sus propiedades destaca su contenido de captina, la cual reduce el riesgo de sufrir arritmias, además de mejorar el funcionamiento del corazón, así contar con vitamina B2, vital para la producción de glóbulos rojos.

 Finalmente la familia Pérez, realizaron una invitación a acudir a la huerta, ubicada al oeste de la cabecera municipal 19 kilómetros, y conocer el fruto y, desde luego, comprarlo. “Esta es la primera huerta que hicimos, a prueba y error. Tuvimos errores, por no saber, gastamos mucho, pero ya estamos trabajando como dirían, en alta escuela”.

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