
- La obesidad está asociada con más de 200 posibles complicaciones de salud, incluyendo diabetes tipo 2, enfermedades del hígado, cardiovasculares como la hipertensión, el colesterol LDL «malo» alto y ciertos tipos de cáncer.
Ciudad de México.- La obesidad representa un desafío significativo para la salud pública. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2022, 1 de cada 8 personas en el mundo vive con obesidad. Esto incluye alrededor de 2.5 mil millones de adultos (de 18 años o más) con sobrepeso y 890 millones que viven con obesidad. Además, más de 390 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años viven con sobrepeso, y 160 millones viven con obesidad.
En México, la situación es preocupante, cerca del 75% de los mexicanos mayores de 20 años tienen sobrepeso u obesidad, lo que se estima, representa a más de 70 millones de personas.
La obesidad está asociada con más de 200 posibles complicaciones de salud, incluyendo diabetes tipo 2, enfermedades hepáticas, cardiovasculares como la hipertensión, el colesterol LDL «malo» elevado y ciertos tipos de cáncer.

Las personas con obesidad a menudo enfrentan estigmatización y discriminación, lo que frecuentemente agrava sus problemas psicológicos. Perder peso no es simplemente una cuestión de fuerza de voluntad o de cambiar los hábitos alimenticios; implica una interacción compleja de diversos factores que requieren un enfoque integral para su tratamiento y prevención.
«La obesidad es una enfermedad multifactorial que no se debe a una sola causa; no se trata únicamente de comer en exceso y llevar un estilo de vida sedentario. Es el resultado de una combinación de factores socioculturales, genéticos, ambientales, psicológicos y metabólicos.
Es crucial que las personas que viven con obesidad consulten a un profesional de la salud. Si se les diagnostica obesidad o sobrepeso, el médico tratante puede establecer el enfoque adecuado para ayudar a la persona a perder peso y mejorar su salud física, mental y emocional. Las recomendaciones del médico varían dependiendo del contexto de cada persona; cada caso es único, pero el plan de tratamiento puede incluir cambios en la dieta, el estilo de vida y, como complemento al tratamiento farmacológico, el uso de medicamentos como la semaglutida